Hace muchos años intento que los comunicadores cercanos entiendan que
IBOPE es una mentira, y que no sólo es complicidad de esa mentira el
leer los rating porteños, sino que tácitamente es defender la posición
unitaria del oligopolio comunicativo centralista.
Tal vez muchos quisieran en realidad trabajar en la Perla del Plata por
eso miran tanto lo que sucede allá; y se preocupan por Tinelli si
pierde ante una novela brasilera, o si los cuernos de Rial levantan el
minuto a minuto. Pero no observan que una ucachense es protagonista en
12 Casas, en la TV Pública; ni se asoman a las pantallas de los canales
locales, UniTeVe, Mirate y C20, los que ve mucha gente, pero no miden para IBOPE,
como tampoco miden los SRT de nuestra capital provincial.
Hace muchos años también que con comunicadores de todo el país pedimos por la abdicación del rey de las mediciones. Porque las mediciones no son solamente la mentira sobre lo que "la gente" ve, o lo que tenés que ver. Son también la mentira sobre dónde las empresas tienen que invertir en publicidad, y eso afecta directamente a la sostenibilidad de los medios de comunicación locales y regionales.
La Presidenta Cristina Fernández presentó el SIFEMA (Sistema Federal de Medición de Audiencias), con lo que muchos se enterarían que hay argentinos más allá de la General Paz! y que estos argentinos miramos los canales locales, regionales, provinciales; y escuchamos nuestras radios; y leemos nuestros diarios.
Esta era una medida reclamada y necesaria para la verdadera democratización de la palabra. Porque no es contra Clarín la pelea, es contra el monopolio de la información. Monopolio tan asimilado en el inconsciente colectivo que nos abrigamos cuando en San Telmo hace frío; vamos a ver las películas que le gustan a Catalina Dugli; salimos más temprano de casa porque la General Paz está congestionada y en obras; o charlamos en el almacén sobre la brutal inseguridad que hay, mientras vemos a Feinmann (el malo) celebrando la muerte de un motochorro...
Tres años después, el SIFEMA no existe. Así como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual dejó de ser lo que intentamos que fuera, la federalización de las mediciones volvieron al control unitario de los porteños. El gobierno de Mauricio Macri así lo quiere.
Tengo la esperanza de que los colegas dejen de hablar de la TV porteña y apoyen las producciones locales; porque así el público también se beneficia y deja de mirar para afuera.
Celebré la creación del SIFEMA y la rebaja del IVA a las empresas de comunicación pymes, y el aumento del fomento a las producciones audiovisuales. Y celebré que comencemos a reconocernos con nuestras tonadas, o que al menos las nuevas mediciones te demuestren que somos más los que vemos a Max Delupi de los que ven a Tinelli. Si embargo, 3 años después no hay mucho por lo que festejar... Cambio, le dicen.
Hace muchos años también que con comunicadores de todo el país pedimos por la abdicación del rey de las mediciones. Porque las mediciones no son solamente la mentira sobre lo que "la gente" ve, o lo que tenés que ver. Son también la mentira sobre dónde las empresas tienen que invertir en publicidad, y eso afecta directamente a la sostenibilidad de los medios de comunicación locales y regionales.
La Presidenta Cristina Fernández presentó el SIFEMA (Sistema Federal de Medición de Audiencias), con lo que muchos se enterarían que hay argentinos más allá de la General Paz! y que estos argentinos miramos los canales locales, regionales, provinciales; y escuchamos nuestras radios; y leemos nuestros diarios.
Esta era una medida reclamada y necesaria para la verdadera democratización de la palabra. Porque no es contra Clarín la pelea, es contra el monopolio de la información. Monopolio tan asimilado en el inconsciente colectivo que nos abrigamos cuando en San Telmo hace frío; vamos a ver las películas que le gustan a Catalina Dugli; salimos más temprano de casa porque la General Paz está congestionada y en obras; o charlamos en el almacén sobre la brutal inseguridad que hay, mientras vemos a Feinmann (el malo) celebrando la muerte de un motochorro...
Tres años después, el SIFEMA no existe. Así como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual dejó de ser lo que intentamos que fuera, la federalización de las mediciones volvieron al control unitario de los porteños. El gobierno de Mauricio Macri así lo quiere.
Tengo la esperanza de que los colegas dejen de hablar de la TV porteña y apoyen las producciones locales; porque así el público también se beneficia y deja de mirar para afuera.
Celebré la creación del SIFEMA y la rebaja del IVA a las empresas de comunicación pymes, y el aumento del fomento a las producciones audiovisuales. Y celebré que comencemos a reconocernos con nuestras tonadas, o que al menos las nuevas mediciones te demuestren que somos más los que vemos a Max Delupi de los que ven a Tinelli. Si embargo, 3 años después no hay mucho por lo que festejar... Cambio, le dicen.
(c) Permitida la reproducción citando la fuente: (texto y link) PrensArte ComunicAcciones Culturales- http://www.prensarte.com.ar/
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